La producción de
un espiritismo religioso.
La
matriz del espiritismo hecho religión.
Traducción al Español de Jaime Baquerizo S.
El
trabajo de "sistematización
casuística1-racional" y de "banalización" (Cf. WEBER, 2000a)
iniciado por Bezerra de Menezes puso las condiciones
necesarias y fundamentales para el funcionamiento de la FEB, una
institución burocrática con la función de manipular los bienes de salvación en
el sentido de permitir a cualquier agente, esto es, permutables e
intercambiables, en el ejercicio de
forma continua de las actividades necesarias al espiritismo.
1) Casuística; Parte de la teología moral que trata de casos
difíciles de conciencia y de conducta.
La FEB proporciona a
los espíritas religiosos, además de su aval legítimo, los instrumentos
prácticos indispensables para el cumplimiento de su función - material impreso (libros y revistas) entre
otros materiales, y el propio espacio físico de la institución.
Se reducen así el precio
del trabajo de producción simbólica para los nuevos participantes en el juego (ya que el grueso del trabajo
religioso ya fue realizado por los iniciadores del movimiento) y la
vulnerabilidad de la nueva religión.
Es por eso que los
escritos de Bezerra de Menezes sirven de guion, de punto de
apoyo, moderando el surgimiento de extravagancias y de excentricidades, poniendo
límites, así, a la economía de la improvisación.
De ahí el recurso incesante a los trabajos y al
modo de pensar de Bezerra de Menezes, que se hizo
principalmente al modo espírita, o sea, a través de las innumerables
psicografías firmadas con su nombre.
Por esa razón, se
puede decir concluyentemente que, entre todos los participantes del juego,
fueron justamente los jugadores que mantuvieron su participación activa dentro
de los límites
iniciales del espiritismo como religión, aquellos que más en el capital simbólico agregaron su nombre, en
otras palabras, los que más reconocimiento recaudaron.
Sin embargo, cabe ir
más allá y hacer ver aquí que las bases de la fundación del espiritismo religioso no fueron erguidas
solamente por Bezerra de Menezes, aunque su papel hubiera
sido, indiscutiblemente, de fundamental importancia.
En ese trabajo inicial de
marco teórico-doctrinario
religioso del cual el espiritismo-cristiano es el resultado, donde
hubo un grupo de agentes que sé involucraron activamente en la construcción de
sus cimientos, agentes que formaron parte del ya citado Grupo Ismael,
o Grupo de los Humildes, también denominado Grupo de Sayão, creado el 15 de julio de 1880.
El principal núcleo del pensamiento espírita
religioso, el grupo tuvo como fundador el abogado Roustanguista Antonio Luiz Sayão, y
estaba compuesto por el funcionario público el Roustanguista Frederico Pereira da Silva Júnior (el más importante médium de esa agremiación), por
el funcionario de la Aduana João Gonçalves do Nascimento,
por Isabel María de Araújo Sampaio, por Manuel Antonio dos Santos Silva, por el periodista y literato Francisco Leite de Bittencourt Sampaio, entre otros. Todos
Roustanguistas.
Algunos de estos
integrantes, bajo el liderazgo de este último, fueron los mismos que años antes
habían formado parte de la Sociedad Espirítica Dios, Cristo
y Caridad por Francisco Leite de Bittencourt
Sampaio en
(1876),
que a su vez habían sufrido problemas internos entre sus miembros por darle a la
Doctrina Espirita el aspecto religioso, donde algunos miembros que no aceptaban
el aspecto religioso llevaron a convertirla en Sociedad Académica
Dios, Cristo y Cristo Caridad por el Científico Antonio da Silva Neto,
en (1879),
grupo predominantemente científico a pesar del nombre.
Así, con los
disidentes religiosos de la primera sociedad, llevaron a fundar otro centro
religioso, bajo el mando del Roustanguistas João Gonçalves do Nascimento,
el 21 de marzo de
1880, el Grupo Espírita Fraternidad.
De orientación
evangelista, ese grupo se hizo conocido por sus trabajos de "desobsesión", allí
estudiando, en las sesiones ordinarias, el Evangelio según la perspectiva
presentada por J.-B. Roustaing. La Fraternidad
prosiguió con la orientación evangelista de Roustaing hasta convertirse en Sociedad Psicológica, ésta desapareciendo en 1893.
Sus participantes religiosos formaron
parte, posteriormente del subsiguiente (y su heredero
directo) Grupo de los Humildes
o Grupo de Sayão (por él dirigido), más tarde
denominado Grupo Ismael (por extenso: Grupo de Estudios Evangélicos del Ángel
Ismael), integrados a la Federación espiritista brasileña, de 1884,
donde existe hasta hoy.
"Académica",
"Psicológica", entre otros, eran todos adjetivos utilizados por
aquellos que estaban más interesados en
el lado científico
o incluso filosófico
del espiritismo.
Mientras
que "Humildes", "Evangélicos", "Fraternidad",
"Confucio", "Ismael "(Estos dos últimos son nombres
de" espíritus-protectores ") eran las referencias de los espíritas
religiosos. Formas, por tanto, de demarcar las diferencias y de posicionarse
ante los demás, incluso en el léxico.
En realidad, todos estos
procesos de fundar, escindir - dividir, reagrupar y participar de diversos
grupos concomitantemente formaban parte de un proceso del movimiento religioso bien
característico del inicio del espiritualismo llamado espiritismo en Brasil,
como se dijo anteriormente.
Los adeptos espíritas
transitaban, no sin tensiones, entre los diversos segmentos, teniendo como
referencias básicas las tematizaciones "ciencia",
"Filosofía" y "religión" en sus variadas y
complejas articulaciones (a veces también un poco desconexas).
Es por eso que para
efectos de análisis de ese proceso, es importante, e incluso indispensable -nos
decimos - enfatizar que tales clasificaciones sólo se entienden aquí en
términos típicos-ideales. Esto quiere decir que tomar el "grupo de los religiosos" como foco del análisis
implica saber que, fuera de ese foco, se presenta como un conjunto de personas
interrelacionadas e interdependientes que recorrían diversos agrupamientos
asociativos espíritas, pero cuya predominancia temática de toque era
indudablemente la religiosidad.
En el interregno o
aislamiento de sus dos presidencias en la FEB, Bezerra de Menezes
se aisló en el Grupo Ismael. En ese momento, profundizó su
conocimiento sobre los cuatro evangelios, obra de Jean-Baptiste
Roustaing, convirtiéndose posteriormente en su defensor y
propagador.
Tanto es así que si
comparamos sus dos gestiones al frente de la Federación, veremos que, aunque
exalta también las facetas filosófica y científica del espiritismo durante su
primera gestión, además, por supuesto, de sus aspectos morales, su segunda presidencia fue mucho más
empapada de aspectos religiosos de clara influencia roustanguista.
No fue por casualidad,
por lo tanto, el importante trabajo con mucha insistencia de vincular al Grupo Ismael a la Federación Espírita Brasileña
haya sido articulado y realizado por Bezerra de Menezes cuando
estuvo en su segundo mandato.
Elegido otra vez, Bezerra comenzó de forma más abierta y convencida a imprimir a
la FEB una orientación basilarmente evangelista, invocando para la legitimación
de esa inflexión los mensajes psicografiados y firmados por nada más y nada
menos que el espíritu de Allan Kardec y el Ángel Ismael, este proclamado a través de las
psicografías recibidas en el Grupo de Sayán como el "espíritu
protector" de Brasil y de su población.
- Reunidos en nombre de Ismael, no
tenéis otros deberes sino estudiar los Evangelios a la luz de la Santa Doctrina.
Espíritu Allan Kardec. (WANTUIL, 2002: 234)
- La misión de los espíritas, en
Brasil, es divulgar el Evangelio en espíritu y verdad. Ismael
(IDEM)
El hecho es que Bezerra ya conocía los Cuatro Evangelios de Roustaing
antes incluso de su segunda presidencia, pero fue solamente a partir de su el
último mandato, con mucha más autonomía - porque había recibido poderes
ilimitados - que él instituyó su estudio obligatorio en el nuevo estatuto de la
FEB, al lado del estudio sistemático del Libro de los espíritus en sesiones
públicas semanales.
Por lo tanto, lo que
había ocurrido a partir de entonces en términos más precisos fue un aumento en
la divulgación de la obra de Roustaing y la
subsecuente definición del inventado espiritismo cristiano que en la actualidad lo divulga Divaldo Franco,
en su forma más polémica.
Sin embargo, la
acentuación de la propaganda de las ideas roustainguistas en aquella época no
fuera solamente obra perseguida por Bezerra de Menezes. Los
otros espíritas igualmente importantes intermediaron su difusión en Brasil:
Francisco Leite de Bittencourt Sampaio y
Antônio Luiz Sayão, fueron estos tres primeros
constructores del espiritismo religioso. Ciertamente existieron
muchos otros - imprescindible resaltar - que, participando de la economía de la
producción de los bienes de “salvación”, y que acabaron por hacer algunas
contribuciones e incluso algunas modificaciones; mientras que otros todavía
fueron radicalmente contrarios a la concepción espírita defendida por la "trinidad" del espiritismo
evangélico, aunque también fueran, esos otros, tenidos como espíritas
religiosos.
En cualquier caso,
cabe señalar que, además de las diferentes y no raras divergentes posiciones
tomadas en cuanto al espiritismo religioso, el hecho es que estos
agentes desarrollaron, con la ayuda posterior que tuvieron de sus seguidores,
una conformación peculiar de un modo de ser espírita en Brasil y luego en el
mundo cuando esas ideas del espiritismo religioso lo masificaron con la creación del CEI (Concejo Espirita Internacional)
En los días de hoy, no
faltan seguidores de todos estos pseudos espiritualistas denominados espiritas
especialmente de estos tres líderes de ideas religiosas que se los designan
como espíritas, para reconocer el mérito y la validez de su trabajo. "A las columnas del espiritualismo
que profesan encubriéndolo como espiritismo:
Antônio Luiz Sayão, Bezerra de
Menezes, Bittencourt Sampaio": esta es la dedicatoria
hecha por un escritor totalmente religioso de ideas Roustanguistas, que se
denomina espírita, cuya obra, Puente evangélico (de Burdeos a Pedro Leopoldo), narra el pasaje de las
ideas del abogado bordelés de Francia para Brasil, ideas que fueron
compartidas, entre otros espiritualistas denominándose espiritas, como Chico Xavier, el mayor nombre de ese denominado espiritismo
brasileño en el siglo XX, nacido justamente en Pedro Leopoldo,
ciudad de el subtítulo del libro que rinde homenaje.
Fue a través de la
propalada facultad mediúmnica de Chico Xavier que las
múltiples angulaciones de Los cuatro evangelios de
Roustaing fueron definitivamente legitimadas y más propagadas.
Si desde Bezerra de Menezes - junto a sus seguidores Bittencourt, Sayão, entre otros - el programa Kardec-Roustaing ya era una realidad, fue sólo con la
publicación del libro Brasil: corazón del mundo, patria del
evangelio, obra psicografiada por Chico Xavier
en 1938,
que él lo volvió "espiritualmente"
legítimo.
Una de sus primeras
obras "recibidas
mediumnicamente", ese libro relata la mentira, como una "preparación
espiritual" fascinación de los espiritualista denominados
espiritas del Brasil como tierra prometida del cristianismo en América, misión
que sería totalmente cumplida con la llegada del espiritismo en su territorio.
El autor de dicho
libro, supuestamente el espíritu del escritor Humberto de Campos
(1886-1934),
relataba los hechos históricos de los grandes viajes y la llegada de los
portugueses en suelo brasileño, hasta los acontecimientos del siglo XX en
Brasil, al explicar (o más bien, la interpretación) de los hechos siempre a la luz del
espiritismo supuestamente.
También cuenta la
trayectoria de la fascinación de los núcleos denominados “espíritas” anteriores
a la FEB (más
precisamente de los núcleos religiosos), así como su fundación y la
historia de los principales agentes de esa institución; todo ello como si la
existencia tanto de la FEB como de esos agentes, hubiera sido maliciosamente
programados desde los tiempos más remotos.
La historia de Brasil
aparece como una especie de epopeya espiritual comandada por los designios de
los espíritus.
Era entonces que el
tradicional programa de la FEB, la autodenominada "Casa-Máter" de ese mal llamado
espiritismo hace que el Brasil, pasara a tener una nueva naturaleza: ella era
ahora consagrado.
Fue
así que Allan Kardec, el 3 de octubre de 1804, veía la luna de la atmósfera
terrestre, en la ciudad de Lyon. Según los planes de trabajo del mundo
invisible, el gran misionero, en su maravilloso esfuerzo de síntesis, contaría
con la cooperación de una pléyade de auxiliares de su obra, designados
particularmente para acompañarle, en las individualidades de João-Baptista
Roustaing, que organizaría el trabajo de la fe [...]. (CHICO XAVIER, 1982: 173)
Y así, no sólo el
programa de la FEB
se consagró, sino también toda la historia de vida de los principales agentes
de ese órgano.
Los
mensajeros de Ismael, triunfando de la discordia que
destruía el gran núcleo naciente [el Grupo Confucio],
fundaban sobre él, en 1876, la "Sociedad de Estudios Espiríticos
Dios, Cristo y Caridad", bajo la dirección esclarecida de Francisco Leite Bittencourt Sampaio, gran discípulo del
emisario de Jesús, que, junto con Bezerra, había tenido su
tarea previamente determinada en lo alto. A él se reunió Antonio Luiz Sayão,
en 1878,
para las grandes victorias del Evangelio en las tierras del Cruzeiro. (IDEM, p 185).
Una de las
características de la literatura espírita (sobre todo si es del género biografía) es el empleo
frecuente de un tono no sólo edificante, esperado en cualquier literatura de divulgación
religiosa, pero también y sobre todo emotivo, exageradamente
sentimental y melifluo, no se entiende bien por qué, además de la deducción
obvia de que esa escritura dice mucho tanto de aquellos que la
producían como de aquellos que la consumían.
Y eso hasta los días
de hoy. Otra característica corriente en los escritos espíritas de los
brasileños, y eso también hasta los días de hoy, es el uso de un lenguaje
excesivamente elevado, afectado,
cargado de adjetivos más inusitados, conformando un lenguaje dominado por una
cultura que se pretende sofisticada, pero es sólo frívola, con una necesidad de
tratar de demostrar en el modo de escribir un status adquirido de escolaridad
superior a la de la mayoría de los brasileños; quien sabe, tamaña la
necesidad de presentar algo como “intelectualmente elevado”, dando a entender que se pueda
reconocer como digno de respeto y consideración.
En el caso de ese
espiritismo religioso en Brasil es la búsqueda de aceptación y respeto también
por la "buena presentación" y "buena apariencia" de su discurso escrito,
de su discurso en la literatura de vulgarización, en la que se transmite, al
fin y al cabo, el contenido fuera del común y doblemente heterodoxo de un espiritismo que se hizo religioso.
Es con ese lenguaje
pomposo y de cierta forma pedante que los líderes espíritas religiosos del
Brasil buscaban cavar su espacio en el campo religioso brasileño, siendo para tanto
necesario demarcarse con trazos ostensibles de distinción.
No cuesta añadir que,
invariablemente imbuidos en una fascinación de que "estar encarnado" es siempre una misión, para ellos la
estancia aquí en la Tierra en una situación social superior siempre fue
doctrinariamente considerada por ellos como algo religiosamente merecido, y
merecido por cada uno de ellos en las vidas pasadas que llevaron.
Todos estos aspectos
formales de una expresividad intencionalmente enternecedora en el relato de
hechos nos llevaron a no poder dispensar, en el examen de las biografías - una
de las principales fuentes de esta investigación - la mirada con
distanciamiento crítico y la conciencia permanente de la necesidad de pesar y
medir, es decir, de calcular cuidadosamente el contenido y el tono de las
informaciones en ellas presentadas; biografías que a menudo parecen hagiografías
2.
Un pequeño ejemplo:
2) Hagiografía;
Historia de la vida de un santo; puede tener carácter literario
narrativo o dramático. "la hagiografía más antigua es la "Vida de san
Antonio Abad" escrita por san Atanasio en el año 357"
Esperando
la ocasión de fijarse en la institución venerable [la FEB],
que guarda las tradiciones y continúa su santificada labor al lado de las
criaturas, ESTA célula referida [Grupo Ismael] permanecía
con Antonio Luiz Sayão y Bittencourt Sampaio,
desde el 24 de
septiembre de 1885, hasta que Bezerra de Menezes, con
sus grandes sacrificios e indescriptibles devotos, eliminara las más serias
divergencias y aplanara los obstáculos, utilizando sus inagotables reservas de
paciencia y de humildad y consolidando a la Federación para que se formara una
organización federativa. Mientras tanto, muchos compañeros de la caravana
espiritual se dejaban llevar por innovaciones y experiencias extrañas a los
preceptos evangélicos, el Grupo Ismael esperaba una
época de comprensión más elevada y armoniosa para el desdoblamiento de sus
preciosas actividades. Todavía en las luchas pesadas del mundo, Bezerra de Menezes era el impávido conquistador, en su
apostolado de preparación, fraternizando con todos los grupos para conducirlos
suavemente a la sombra de la bandera del gran emisario de Jesús [el Ángel Ismael]. (IDEM, página 204)
Uno de los más
importantes “espiritas” del Grupo Ismael, el Roustanguista
Francisco Leite de Bittencourt Sampaio, y como ya se ha dicho,
surgida la primera sociedad espírita en Río de Janeiro, el Grupo Confucio,
de la cual él formó parte, siendo uno de sus primeros directores.
Lo que todo indica, es
que fue atraído inicialmente al espiritismo por los fenómenos
"provocados" por los espíritus, dedicándose así a sus estudios.
Sin embargo, por el análisis de su obra espírita y por la
dedicación prestada a la propaganda del espiritismo, su mayor atención estuvo
incluso orientada a sus aspectos religiosos.
Tanto es así que todas
las agrupaciones de las que formara parte tenían como carácter distintivo la
relevancia dada a la interpretación religiosa del
espiritismo.
Allí, en aquella
institución, quedaría conocido por su "mediumnidad recetista", tratando a muchos enfermos
con remedios homeopáticos.
En 1876,
cuando fue fundada la "Sociedad de Estudios Espiriticos Dios, Cristo y Caridad",
Bittencourt Sampaio había hecho parte de ella, presidiéndole
los trabajos, de los cuales formaba parte importante el estudio de los evangelios a la luz de Roustaing.
Fundando tiempos
después el Grupo Espirítico Fraternidad, donde Bittencourt también prestó su colaboración, así como al Grupo Ismael, dirigido por su colega Antônio Luiz Sayão,
todos Roustanguistas.
Además de estar al
frente de esas instituciones - posición que, además, le permitió imprimir más fuertemente el carácter religioso al
espiritismo - Bittencourt empezaba a
aventurarse también en la producción literaria espírita.
Su composición
poética, la completó escribiendo para el volumen una segunda parte, en prosa,
en la que cada uno de los cantos es explicado a la luz del espiritismo,
precedidas de estas explicaciones de larga "Prefación", donde se
halla explicada la visión espírita de la divinidad
de Jesús.
Una tarea que pocos
serían capaces de realizar, porque la demanda de una cantidad bastante alta de
capital educativo, precisamente, debido a que requiere un buen dominio no sólo
de la lengua portuguesa y hasta de la literatura, sino también del conocimiento
más allá de los más comunes acerca de la Biblia y en particular de los
evangelios - dominio que fue adquirido a lo largo de su educación religiosa.
Es por eso que, en el
examen de los actores fundadores del espiritismo religioso en Brasil,
una de las conclusiones que salta a los ojos es que, desde sus orígenes, ese
movimiento fue portador de ideas arcaicas, que estuvo siempre atado a una capa
letrada socialmente privilegiada y religiosa.
No
es casualidad que aún hoy se pueda apuntar como un rasgo notorio de esa
religión el elevado grado de escolaridad de sus adeptos.
Pues por el hecho mismo de ser una religión letrada, una
religión sacada de los libros, que se
pretende, por encima de todo, racional y positiva, ella exige de sus seguidores
un hábito correspondiente, un trato mayor con las letras y cierta familiaridad
con un tipo de pensamiento más sutil.
Así comenzaba su libro en la parte denominada "Advertencia";
El
deseo de inocular en el espíritu y corazón de mis hijitos las santas palabras
del Divino Maestro y mostrarles que no se vive tan sólo del pan material me
llevó en los días santificados al estudio de los Evangelios. [...] De ese estudio, en el recogimiento
y meditación del gabinete, surgió la idea de trasladar para versos heroicos el Cuarto Evangelio,
que fue siempre el de mi particular predilección. (SAMPAIO, 1988,
p.9)
Su elección se
derivaba del hecho de que eran justamente los escritos del último evangelio que
mejor retrataban "en vivo
la majestuosa figura de aquel que supo grabar en el corazón de los siglos las
verdades que sembró en el Gólgota con la sangre derramada desde lo alto de la
cruz" (IDEM).
Pero más allá de esa
figura de Jesús sangrando en la cruz tan cara al catolicismo latinoamericano,
para Bittencourt estarían precisamente en el
evangelio de Juan las referencias más explícitas (las mismas abrazadas por Roustaing)
a la naturaleza espiritual del cuerpo de Jesús, "el profeta de Nazaret, el hijo primogénito de María
Virgen " (IDEM,
página 11).
Bittencourt Sampaio
también fue conocido en su época por sus trabajos de su "mediumnidad
curadora" o "mediumnidad
recetista" y a eso es que el Dr. Antonio Luiz Sayão
se convirtió al espiritismo religioso.
Sin embargo, sin dejar
de lado su trabajo práctico de asistencia, Bittencourt continuaba
dedicándose simultáneamente a su producción intelectual en provecho de la
formulación de un espiritismo cristiano ideas derivadas de los
estudios de los Cuatro Evangelios
de Roustaing.
Mientras tanto, cuando
se preparaba para escribir "La Divina Tragedia del Gólgota cuando fruto maduro, fue cosechada
por la mano del celeste jardinero”, vino a desencarnación.
Pero, incluso después
de su muerte, el "espíritu" de Bittencourt Sampaio
siguió - así como el de Bezerra de Menezes - en
la labor espírita.
De este modo, continuó
"escribiendo", a través del médium Roustanguistas Frederico Junior,
entre otras, las siguientes obras: "Jesús ante la cristiandad" (1898), "De Jesús
a los niños" (1901)
y "Del calvario al apocalipsis" (1907)), todas
publicadas por su colega Antônio Luiz Sayão.
Del mismo grupo de Bittencourt y de Bezerra, forma parte también
otro pionero del espiritismo
religioso en Brasil, el abogado carioca Antônio Luiz Sayão.
Espirita desde 1878, fue el responsable de la creación
del Grupo de los Humildes o Grupo de Sayão, entidad creada a
partir de las discordias entre científicos y religiosos.
Su conversión al
espiritismo religioso es narrada por él mismo en uno de los números del
Reformador, en formato de carta dirigida al lector.
Después de haber
perdido las esperanzas en cuanto a la curación de su esposa, Sayán fue invitado a participar en una sesión espírita. En
principio se reitera por su fe católica y también por no creer en la eficacia
de la homeopatía, ya que de aquella sesión sólo recibía medicamentos
homeopáticos para la enferma. Así escribió:
Mi querido
hermano,
[...]
Corría el año de 1878, para mí triste, lleno de
aflicciones y amarguras, que sólo me daba lenitivo el verter de las lágrimas.
Yo no cesaba de implorar la misericordia divina [...]. Los sufrimientos de mi
mujer, que, más o menos, databan de seis años, se habían agravado al punto de
que su médico asistente me dijo que el término fatal se aproximaba [...].El 11 de septiembre de ese mismo año, [...] me encontré con el Sr. Cândido de Mendonça, empleado en el Foro, que, penalizado de
verme llorando, me aconsejó que buscaba a mi colega, que, en el travesaño del
Oidor, ofrecía remedios homeopáticos para las molestias consideradas
incurables, con resultados espantosos. Agradeciéndole la parte que tomaba en mi
dolor, le respondí que no podía someter a mi mujer al tratamiento de un hombre
distinto [Bittencourt Sampaio], es verdad, como lo
conocía, pero extraño completamente a la ciencia médica, cuando yo tenía los
recursos que me podían ofrecer las notabilidades que ya la habían desengañado. El
Sr. Cándido de Mendonça, como un enviado de la
Providencia, insistió [...], cuanto más tratándose de un hombre conocido,
notable y ya afamado por curas en casos idénticos; pidiéndome que por lo menos
me certificara esa verdad para justificación de lo que me refería. Pues bien,
al día siguiente (12
de septiembre de 1878), a las once de la mañana, asistí, donde
encontré a aquel compañero y más algunos que le ayudaban, habiendo gran número
de personas, unas recibiendo medicinas, otros a la espera a su vez, todos
alegres y contentos, refiriendo los milagros de las aplicaciones que hacía con
caridad evangélica el hombre tan conocido, por ser un literato distinto,
titulado con carta de Bachiller en Derecho, habiendo ya ocupado los cargos de
Presidente de Provincia, Asamblea General, pero completa y absolutamente
extraña a la ciencia médica [...].
Como el propio Sayão reconocía en la época, las cualidades, es decir, los
capitales que cubrían Bittencourt Sampaio
fueron los factores más importantes para su decisión de ir a tal sesión y de
creer que esas medicinas podrían surtir algún efecto. Al final, a pesar de nada
saber sobre medicina, se encontraba allí un doctor de la ley en la figura de Sampaio, un político conocido que trataba de enfermos a través
de la homeopatía.
Este hecho nos hace
nuevamente reforzar que fueron justamente los capitales externos al dominio religioso, traídos por
médicos, abogados, literatos, políticos, entre otros, que garantizaron al
espiritismo su fortalecimiento y su entronización, cada vez más visible, en el campo religioso en formación.
Y así finaliza su
carta, su relato sobre su conversión y el inicio del Grupo de los Humildes
o Grupo de Sayão:
Ante
todo tan extraordinario y tan real [...] tomé el firme propósito de sólo formar
juicio después de un estudio serio y reflejado. Es
así que traté de estudiar con los libros del Maestro, la Revelación de la Revelación sobre los cuatro Evangelios,
recibida de los Espíritus y coordinada por Roustaing. Traté también de la
verificación práctica, trabajando regularmente, durante dos años, con médiums
que reuní en una sala para esto especialmente construida en mi residencia [dando origen al Grupo de
Sayão o Grupo de los Humildes]. En estos trabajos he comprobado
todas las verdades expuestas en la referida obra del Sr. B. Roustaing
[...].
De su humilde hermano,
El abogado ANTONIO LUIZ SAYÁN.
"Guiado
por el espíritu de un fraile", Sayão comenzaba
su obra espiritualista denominada espirita. Lo que pasó en la fase inicial de
su Grupo, él describió minuciosamente en su primer
libro titulado "Trabajos
Espíritas"
(1893).
Pero fue sólo en 1897, con
la publicación de "Estudios
Evangélicos", más tarde reeditado bajo el nombre de "Elucidaciones
Evangélicas" (1902), que la pena
de Sayão pasaba a colaborar más efectivamente en la
construcción intelectual del espiritismo como religión.
Sirviendo
posteriormente de base a los estudios del Grupo Ismael y de la FEB, su obra venía como para complementar los esfuerzos de los
trabajadores del espiritismo
cristiano, por eso mereciendo destaque en las páginas del Reformador
en la ocasión de su publicación:
Altísima
es la misión de los que fueron elegidos para hacer en la Tierra la obra de
Dios: la divulgación del Evangelio según la luz del Espiritismo y entre
aquellos misioneros dispersos por toda la Tierra, se levantaron entre nosotros Bittencourt Sampaio, con su Divina Epopeya, y Antônio Luiz Sayão, con sus estudios del Evangelio.
Aquel
limitó su trabajo, que es monumental, al Evangelio de Juan. Este levantó su
monumento sobre los de Mateo, Marcos y Lucas. Una complemento del otro [...].
Ninguno
salió de los límites trazados por Roustaing; pero quiere
uno, quiere otro, sustituyeron la larga y difusa explicación de aquel autor,
por explicaciones lúcidas y concisas de los textos evangélicos.
Sus
trabajos pueden ser dichos: perfecto resumen de la interpretación de los
Evangelios en espíritu y verdad, de Roustaing, corregido y aumentado en ciertos puntos, siempre
bajo la asistencia de los Altos Espíritus.
Su
obra merecía también la atención de Bezerra de Menezes. Tanto
es así que un espírita desconocido, reconociendo la posición ocupada por Bezerra, le consultó como guía segura a fin de orientarse en
cuanto a la validez de los escritos de Sayão después de su
publicación:
Mi
querido Max. - Nuestra incidencia ha encontrado siempre consuelo en vuestra
palabra inspirada y respetada por los ortodoxos de la fe; desde entonces, que
habéis asumido tal autoridad, vuestra opinión, sin que la embarca vuestra
reconocida modestia, es segura orientación para los que entretienen a los
Grupos Espíritas; y, en estas circunstancias, resaltaréis que os pedimos un
consejo: ¿podemos tomar los libros publicados por el Dr. Sayão como
normas a seguir en nuestro Grupo? - Un
discípulo.
Es, pues, un libro preciso y sagrado el de Roustaing; pero el autor, no poseyendo, como hombre, la
ventaja que hace sobresalir el trabajo de Kardec, de claridad y concisión, lo
hace muy poco accesible a las inteligencias de cierto grado hacia abajo.
Sería
obra de meritorio valor dar a su exposición de principios relevantes la
concisión y la claridad que sobran en el maestro y que le faltan bien
sensiblemente.
Fue esta, en el fondo, la obra de
Sayán.
En ligeros trazos resumió, sin
lesionar, largas exposiciones - y en lenguaje didáctico aclaró y puso al
alcance de todas las inteligencias lo que era oscuro en su mayor parte.
El libro de Sayán es un resumen de Roustaing, con las
ventajas de Allan Kardec.
Es, por lo tanto, correcto y adelantado, desde el
punto de vista doctrinal - y es claro y conciso desde el punto de vista del
método. Por otra: contiene las ideas de Roustaing y el método incomparable de
Allan Kardec. (SAYÁO, 1983: 36)
Y así, desde el inicio
de su obra, cuando abre su presentación de la siguiente manera: "Recibid, mis hermanos,
las bendiciones de Jesús, las bendiciones de la Virgen Inmaculada, Nuestra
Madre Santísima" (IDEM, 43) su fin, Sayão no cesó un solo instante de hacer referencias
tanto al cuerpo fluídico de Jesús en cuanto a la pureza de María:
Era
necesario que Jesús se asemejara a los hombres (excepto en pecado), a fin de que su muerte
presentase valor idéntico al de nuestra muerte y su justicia equivalía a nuestra
justicia. [...] Era el hijo de Dios haciéndose hombre, para que los hombres
pudieran convertirse en hijos de Dios. [...] María, Espíritu perfecto, y José,
también Espíritu perfecto, pero menos elevado que el de María, ambos
purificados, inferiores, por tanto, a Jesús, encarnaron para asistir a éste en
su misión. (IDEM, página 62-63)
La
concepción, en María, como todo lo demás que a esto se siguió hasta el supuesto
nacimiento de nuestro Redentor, todo considerado una la obra milagrosa, por
inexplicable mediante los conocimientos de entonces y que inexplicable se
conservó hasta el advenimiento de la Tercera Revelación, más no fue que el
resultado de una acción magneto-espírita, ejercida con el empleo de fluidos apropiados.
(IDEM, página 83)