Pedro A. Barboza de La Torre.
Libro
De la Sombra del Dogma, a la Luz de la Razón.
Capítulo IV
EL
TEMA DE DIOS.
"La
fe no es creer lo que no vimos, sino crear lo que no vemos. Crearlo y vivirlo...
Fe tiene quien en sí confía".
Unamuno.
Común
al hombre civilizado y al hombre salvaje, es la idea de que existe una
Inteligencia Suma, una Causa de cuanto existe, la Fuerza de las Fuerzas, que en
el Mundo Occidental recibe el nombre de Dios. Para algunos, estudiar qué es
Dios, revela duda.
Dios
no puede ser definido. Definir es delimitar; pero, Dios no es contenido. Ha de
pensársele en todas partes, más como esencia que como presencia. Es lo que se
entiende por infinito.
Pero,
si no es definible, sí se puede tener de él un concepto. La idea fundamental
que hay en Dios, es la de Ley, de Ley moral, principalmente. Siempre se piensa
de él, como la fuente general, primera y eterna de la vida que anima el
Universo y se refleja en cada parte del mismo. Para demostrar su realidad, los
filósofos han echado mano a pruebas metafísicas y morales.
Camilo
Flammarion, con su libro Dios en la Naturaleza, parece ser quien mejores
argumentos ofrece, para comprender a Dios como un Ser que no puede ser
entregado en bandeja.
Pero, en el concepto de los cristianos;
Dios es un hombre envejecido;
esto es, un ser que morirá.
Es antropomorfo;
por lo mismo que lo muestra con forma de hombre.
Iracundo;
detonante como Júpiter, y esto solo, lo hace defectuoso, puesto que puede ser
presa de la ira.
Injusto; al decir que declaró a Israel como su
pueblo preferido, eligiéndolo como su familia.
Impotente;
puesto que no pudo impedir que el Diablo le echara a perder la obra del
Paraíso.
Poderoso;
al crear la luz, con sólo decir: "¡Hágase la luz!",
Y al mismo tiempo
Impotente;
pues, para crear al hombre, necesitó trabajar con sus manos el barro
de la Tierra, habiendo podido decir, "¡Hágase el hombre!".
Además, lo hacen "trino";
demostrando con ello la influencia egipcia introducida al Cristianismo.
En
efecto, es de los egipcios la expresión de "Dios Padre, Hijo y Espíritu". Así fue introducida
esta imitación. Años después, se le agregó otra palabra; la de "Santo".
Con
esta frase, los egipcios decían que:
Dios
era el Padre
de todo; Su Hijo era el
Universo, cuya vida recibe de Dios, mediante el Espíritu.
Pero, en el concepto del ESPIRITISMO;
En definitiva, el
Espiritismo tiene un concepto de Dios, diferente del que conserva el Cristianismo.
Porque, para el
Espiritismo;
Dios es Espíritu
Puro. No es un Espíritu, sino Espíritu.
No es antropomorfo, no envejece, es todo Amor y jamás
se deja arrastrar por la ira, ni por la injusticia.
Dios no tiene pueblo preferido, ni raza preferida, ni hombre
preferido.
Para el Espiritismo el Diablo no existe, ni jamás ha existido.
Dios no está dividido en tres personas.
Esta diferencia
conceptual, es evidente ante la actitud del cristiano y el espiritista ante
Dios.
Los cristianos, y
también los islámicos, los budistas, los brahmanes, etc., creen en Dios, mientras
los espiritistas lo sienten.
Los religiosos lo
temen, los espiritistas lo aman.
Los creyentes se
sirven de él, para entregarle sus problemas, o para atribuir a su voluntad lo
que ocurre, sea bueno o malo.
Los espiritistas
sirven a Dios, al punto, de que están convencidos, con razonamientos filosóficos,
de que cada espíritu debe "perfeccionarse",
como parte de la misión que Dios ha señalado al hombre.
Los seguidores de
cada religión pretenden que Dios sea para ellos, sólo para los adeptos de dicha
religión; lo hacen un Dios "exclusivo".
Los espiritistas, por el
contrario, hacen a Dios extensivo, para todos los hombres, y hasta admiten, que
Dios tiene que proteger más a quien, por atraso en la
evolución espiritual, todavía no muestra una avanzada espiritualidad.
Como
los Espiritistas son los paladines de la libertad, y aún más, de la libertad de
pensamiento, nadie puede prohibirles, ni
impedirles, que lo lean todo, lo estudien y lo investiguen todo. Por lo mismo,
estudian religiones comparadas y no sólo libros de Espiritismo.
Sin
caer en la posición de confianza indiferente del creyente, que sólo hace eso,
creer, el espiritista conoce que lo físico y lo moral
están gobernados por leyes, que denotan una inteligencia profunda.
Hay
en la naturaleza un orden y una armonía, que no pueden ser producidas por el caos y la casualidad. No proceden de
una fuerza ciega, ni del hombre, que es ser limitado. Si es una inteligencia,
no puede radicar sino en un Ser; esto es, algo que existe, que es; pero que no
tiene forma.
No
puede el espiritista desentenderse de su
estudio; porque viviría en la ignorancia.
No
tiene nombre propio, y los hombres le han puesto muchos. El escritor Eduardo Alfonso,
autor del libro Problemas Religiosos, recopiló 498.
Allah
(Arabia).
A-pa
(Sur de China).
Asdaluz
(Armenia).
Akua
(Hawái),
Bog
(Rusia y Bulgaria).
Ciong-Di
(China).
Deus
(Portugal),
Deva
(Indostán).
Dieu
(Francia).
Iddio
(Italia).
God
(Inglaterra),
Jehova
(Israel).
Kami
(Japón).
Khuda
(Turquía).
Pachacamac (Perú).
Ra
(Egipto).
Ormuz
(Persia).
Son
algunos de tantos nombres. Pero, por encima de la diferencia idiomática, es el
Padre Universal, y así se le suele mencionar en los libros espiritas.
O como dice Dante:
"Es el Punto al cual están presentes todos los
tiempos" (Paraíso XVII).
O tal vez, como lo concibió Pitágoras:
"Para
representar a Dios, el sabio escribe la Unidad. Dios es un círculo cuyo centro
está en todas partes y la circunferencia en ninguna".
El Espiritismo no comparte la noción de Dios, que aparece en
el Capítulo I de la Constitución "Dei Filius",
donde el Vaticano dice:
"Hay
un solo Dios vivo y verdadero, Criador y Señor del Cielo y la Tierra,
omnipotente, eterno, inmenso, incomprensible,
infinito en su entendimiento, voluntad y toda suerte de perfección".
Los espiritistas no comparten esta noc10n; porque contiene error
al afirmar que es "incomprensible".
Esto es falso. Es posible que no lo comprenda el redactor de ese texto. También podría resultar "incomprensible" el Jehová bíblico, o el Dios que bendice las armas de los ejércitos conquistadores,
o el que inviste a un tirano durante 36
años, "por la Gracia de Dios".
Pero, el Dios
explicado por los espíritus misioneros que comunicaron las enseñanzas que están
en la Codificación, jamás ha sido ni será incomprensible.
Es imposible seguir en este tema las enseñanzas de la
Iglesia, y esto está
dicho con todo respeto; porque, mientras afirma:
Santo Tomás, "Todos
participamos de la esencia de Dios".
Mientras que;
San Pablo, en el Areópago griego dijo: "Porque dentro de Dios vivimos,
nos movemos y existimos, y como algunos
de vuestros profetas dijeron:
"Somos
del mismo linaje o descendencia del mismo Dios".
Mientras se dice esto, por otra parte en él, Canon
39 del Concilio Vaticano, dice otra cosa;
(Canon "De Deo rerum omnium creatore"):
"Si
algunos dijere que una sola y misma cosa es la substancia o esencia de Dios y de todas las
cosas, sea anatematizado".
Y en la "Doctrina Cristiana", se lee:
"Dios
está en todo por esencia, presencia y potencia".
La vida puede sernas desconocida totalmente, o sólo
parcialmente conocida; pero, nada tiene de misterio, entendiendo por tal, una
causa sobrenatural, algo que el hombre nunca podría comprender.
Para el Espiritismo, el misterio no existe. Antes se hablaba
del misterio de la muerte, y ahora ya no se puede decir lo mismo; porque,
gracias al Espiritismo y otras ciencias, la muerte no es el término final de la
vida, ni el resultado de la venganza de un
hechicero, sino parte de la vida misma. Así
es como debe pensarse científicamente. Es así como piensan los espiritistas. Un
espiritista sinceramente científico, estudioso y libre pensador, no puede
compartir lo que el Cristianismo vigente sostiene al
respecto.
En
el Capítulo IV de las conclusiones del Concilio Vaticano, titulado "De
fide et ratione", se afirma:
"Si
alguno dijere que en la revelación divina no se contiene misterio alguno,
verdadero y propiamente
dicho, sino que pueden todos los dogmas de la fe ser entendidos y deducidos con
evidencia por la razón convenientemente impuesta en los principios naturales,
sea anatematizado".
Evidentemente,
este Cristianismo nada tiene de persuasivo; pero, donde resulta mucho más difícil
admitir que el Espiritismo sea el mismo Cristianismo, es en la siguiente
enseñanza de la Teología:
Dios
"no es ni cuerpo, ni espíritu, ni substancia, ni ser; sino sobre-corporal,
sobre-espiritual, sobre-substancial y sobre-esencial".
Por
mucho esfuerzo que se quiera hacer, todo eso resulta incomprensible. Por lo
mismo, es dogma y los cristianos deben admitirlo por fe
teologal, irracional. Sin embargo, algunos que hablan ampulosamente de la
ciencia espírita, continúan apegados a las creencias y dogmas del Cristianismo, en la forma como la gente lo
conoce; porque, ignoran el Cristianismo primitivo. Más adelante habrá ocasión
de demostrar, que tampoco aquel Cristianismo es el mismo Espiritismo. O, si se
desea decirlo de otra manera, que el Espiritismo no es el mismo Cristianismo
primitivo, ni mucho menos redimido
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