La polémica es algo
que provoca controversias y despierta pasiones encontradas. El concepto,
que tiene su origen en la lengua griega, está vinculado a los ardides que se
utilizan para defender u ofender una postura.
La polémica puede ser definida
como la práctica de los contendientes que intentan refutar o avalar una
determinada posición. Cuando una persona hace
un planteo que encuentra una respuesta contraria, se produce la polémica.
“Las declaraciones del artista sobre la
religión generaron una gran polémica”
La generación de polémica supone que el
discurso o la acción logran despertar una pasión o sentimiento, ya sea
favorable o negativo.
Para que exista la polémica, tiene
que haber un tema que apasione a la gente y que la lleve a defender una posición.
La religión es una de las esferas habituales
de la polémica, ya involucra la ideología de las personas y las decisiones que
se toman en su nombre afectan a pueblos enteros y, en muchos casos, a todo el
mundo, también suele ser un campo fértil de polémicas por tocar fibras
sensibles de la gente. Aquellas acciones o manifestaciones que resultan
contrarias a una creencia religiosa despiertan el enojo y la indignación de los
fieles, y esto desata un enfrentamiento que ha atravesado muchas generaciones.
Traducción al Español por Jaime Baquerizo
link del articulo; http://livros01.livrosgratis.com.br/cp094883.pdf
UNIVERSIDAD DE SÃO PAULO FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS - DEPARTAMENTO
DE SOCIOLOGÍA PROGRAMA DE POSTGRADO EN SOCIOLOGÍA.
Al final, el espiritismo es una religión?
La doctrina espírita en formación de la diversidad religiosa brasileira
CÉLIA
DA GRAÇA ARRIBAS
Disertación
presentada en el Programa de Postgrado del Departamento de Sociología de la
Facultad de Filosofia, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São
Paulo, para la obtención del título de Maestra en Sociología. Orientador:
Bezerra vino a traer la paz y no la
espada (Pág. 129
a 136)
Al entrar a la presidencia de la FEB, en 1888, Bezerra de Menezes buscó hacer un trabajo de conciliación entre las
diversas vertientes internas al espiritismo, al mismo tiempo que reforzaba su aspecto
religioso. Realizando entonces una reformulación de las ideas
espíritas, pasó a contribuir también con artículos en la revista Reformador,
cuyos llamamientos a la unión ya la paz fueron inagotables.
[...] Viene: 'cada cual
haciendo doctrina a su modo', sin orden, sin disciplina, sin unión, produciendo
sin provecho, esterilizando la mejor voluntad.
Ven, por lo tanto,
en vez de un trabajo uniforme, sujeto a reglas invariables, teniendo el mismo
fin: y el alto fin puesto por la doctrina, es un trabajo disforme, disparatado,
sin nexo [...].
[...] La unión hace la fuerza, precisamente
porque nace de ella el empleo de los esfuerzos de cada uno. ¿Con cuánto más
razón, pues, deben los espíritas unirse, cuando necesitan fuerzas para resistir
a los enemigos de la Tierra y a los enemigos del espacio?
[...] En las Obras Póstumas
de Allan Kardec viene
explicada esta importante cuestión [...]. Los espíritas brasileños
tienen una misión, dijo el Maestro, y para desempeñarla es esencial que
empecemos por organizarnos, organización basada en la unión, unión en la
esencia y en la forma. 78
78)
Publicado originalmente en el Reformador de 1890; reproducido en Reformador, el
1 de agosto de 1920 (grifos del autor), bajo el título "Pobres, porque desunidos".
Cabía a Bezerra
de Menezes la traducción, en 1890, del libro Obras Póstumas al portugués, escritos íntimos
de Kardec. En ese mismo año, ahora alejado de la presidencia de la FEB,
pero actuando en el centro del Grupo Ismael, realizaba semanalmente el estudio de dos
obras:
El Libro de los Espíritus.
Y
Espiritismo cristiano o la Revelación de la
Revelación. Los Cuatro Evangelios (1866) de
Jean Baptiste Roustaing.
Estudos que serían introducidos por Bezerra en la FEB posteriormente.
Por otra parte, no había solamente la desunión entre científicos y religiosos: entre los
propios religiosos había los Kardecistas (que daban
prominencia al Evangelio según el espiritismo) y los roustainguistas (que adopta las tesis
de Roustaing). Bezerra intentaba entonces a toda costa unir a
todos, aunque no siempre con igual éxito.
En 1894, con la situación
política brasileña un poco más ralentizada, Augusto Elias da Silva dueño del REFORMADOR y otro religioso, empezó a emplear esfuerzos contra el marasmo que
dominó el movimiento espírita, marasmo que se inició después de las investidas
contra el espiritismo por parte del Estado brasileño luego de la creación del
Código Penal. Junto con Fernandes Figueira y Alfredo Pereira, Augusto Elias
inició una campaña financiera para sostener y ampliar los proyectos de la FEB. El
Reformador volvió a circular (después de tres
meses parado) y la dirección
retomó también su programa de neutralidad entre los grupos divergentes. La
propuesta fue defendida en el editorial titulado "Sectarismo":
El espírita está,
pues, en su verdadero puesto cuando se coloca entre el hombre de ciencia y el
hombre de fe, no poseyendo las creencias de uno, ni, por igual, las negaciones
de otro. No nos desviamos de nuestro lugar. Puestos entre la fe y la razón,
evitemos las exageraciones del sectarismo, pues él es el verdadero enemigo. 79
79) Reformador, febrero de 1894.
Insatisfechos con la política conciliadora de la FEB, los científicos, encabezados por Angeli Torterolli, abandonaron la institución de la FEB y fundaron, el 4 de abril de 1894, otra casa federativa, el Centro de la Unión Espírita de Propaganda en Brasil.
Después
de cuatro años, ya a finales de ese mismo año de 1894, Dias da Cruz, el entonces presidente
de la FEB,
deja el cargo y pasa a la vicepresidencia. Durante el período en que estuvo en
el poder, creó el "Servicio
de Asistencia a los Necesitados", una organización destinada a
la práctica de la caridad espírita que funcionaba en las dependencias de la FEB. Era
médico homeópata convencido y como tal fue uno de los que ató las prácticas
homeopáticas a las prácticas espíritas 80.
Su sucesor, el abogado y profesor de Humanidades, Julio César Leal, también era un
ardoroso adepto de la homeopatía mediúmnica. Muy respetados por todos, fue
entonces elegido presidente de la FEB, quedando en su dirección sólo unos meses,
hasta la entrada de Bezerra de Menezes. Sin embargo, Júlio César Leal no mantuvo la misma neutralidad y la misma
diplomacia de Días de la Cruz, pasando a apoyar a los científicos en detrimento
de los religiosos. Realizaba sesiones, los viernes, en las que se presentaban tesis
destinadas a la discusión, sin intervención de sentimientos de religiosidad.
Por lo tanto, el Reformador, (arma eficaz de la FEB para manipular al Espiritismo
y convertirlo en una religión),
como dueño Augusto Elias da Silva bajo la dirección
de los religiosos Leopoldo
Cirne y Alfredo Pereira, comenzó
a hacer oposición al nuevo presidente (Leal), publicando una serie de artículos
titulada "Nuestra Misión". Por eso, Julio César Leal,
durante su mandato, además de haber nombrado a un representante de la FEB
para el consejo
federativo de la recién creada, Unión Espírita de Propaganda en Brasil,
subordinándola así a la Unión, pasó a frecuentar asiduamente el reducto científico, dejando de lado su trabajo en la Federación Espírita del Brasil, donde casi no aparecía.
Los religiosos
reaccionaron rápidamente.
80)
Hablamos más sobre este tema en el Capítulo IV.
En julio de ese año, la crisis llegó a su apogeo. El vicepresidente Dias de la Cruz intentó aún hacer que la situación retornara a un
equilibrio, tentativa que la expreso a través del artículo "Tolerancia y
Bondad".
Sin embargo, Júlio César Leal, bajo pesada resistencia
interna, acabó renunciando a la presidencia de la FEB y se afilió
definitivamente a la Unión. Al percibir que los religiosos
pretendían tomar el poder y volver a colocar la FEB en el liderazgo del
movimiento bajo una bandera
religiosa, Dias de la Cruz vicepresidente,
no asumió el cargo vacante, alegando su incompatibilidad con cualquier programa
radical. Llegó entonces el
momento, la oportunidad tan esperada por los religiosos. El
primer paso para la victoria definitiva era elegir un presidente religioso
que fuese capaz de garantizar la hegemonía interna de la FEB (juntos con Roustaing) y que
pudiera también anular la acción de los científicos de la Unión. Leopoldo Cirne
y Alfredo
Pereira, líderes del movimiento religioso, no tuvieron
duda: la persona adecuada para esa tarea era el religioso
Roustanguista Dr. Adolfo Bezerra de Menezes.
Ya desde el final de 1891, pasando por divergencias
internas muy graves y ataques externos, la FEB se estaba resquebrajando con un proceso
aún desde sus comienzos. Esta situación se extendió hasta 1895,
cuando las finanzas de la entidad ya estaban bastante perjudicadas. Por eso
también, atendiendo las a peticiones, Bezerra de Menezes
volvió a asumir la presidencia -un puesto que ocupó hasta la muerte en 1900.
Durante el tiempo en que estuvo alejado del trabajo de unificación al
frente de la FEB, Bezerra abandonó la postura de equidistancia entre las diferentes
posiciones espíritas, la postura que había asumido en 1889 en su
primera gestión ya no era la misma y se transformó en un auténtico representante de la tendencia religiosa en su segunda
presidencia. Este cambio decisivo tal vez haya tenido sus raíces en las influencias que
los religiosos Bittencourt Sampaio, Antônio
Luiz Sayão y Federico Júnior (recuerden este último Federico Júnior que
se inventó la carta mistificadora donde kardec daba el permiso al Brasil, al
Angel Ismael y a Roustaing para que comanden el espiritismo a nivel mundial y
donde luego sería establecido como el estatuto principal en el Pacto Áureo que
se creó más adelante y donde se utilizó el libro de Humberto do Campos atraves
de la mediumnidad de Chico Xavier para hacer tremendo engaño para manejar el
espiritismo en el mundo y que con la creación del CEI poder convertir
definitivamente al espiritismo en una religión que actualmente la comanda Divaldo Franco con su Espiritismo
Cristiano de ideas Roustanguistas y destruyendo el verdadero espiritismo
dado por los espíritus superiores a Kardec) ejercieron
sobre Bezerra durante el período en que se había
aislado en el Grupo Ismael (también llamado Grupo de los
Humildes o Grupo de Sayão), el principal reducto del pensamiento religioso y roustanguista que más tarde
pasó a funcionar en las dependencias de la FEB.
Habría sido, por lo tanto, durante esa fase que Bezerra de Menezes profundizó su conocimiento sobre Los Cuatro Evangelios
de J.-B. Roustaing, convirtiéndose así, posteriormente, en un confeso
defensor de la obra. Basta comparar las dos gestiones de Bezerra y luego veremos que mientras
la primera tuvo hasta cierto color científico, la segunda fue claramente
marcada de religiosidad y de influencias roustanguistas. (Bezerra jamás dejo de ser Roustanguista aunque la
FEB inventara comunicaciones que se dieron atraves de Chico y de Divaldo Franco
arrepentido de haber apoyado las ideas de Roustaing) De hecho, podemos ver ese mismo
movimiento en sus obras. Tanto así que en una carta de Bezerra de Menezes y en una serie de artículos de
"Estudios filosóficos", su
preocupación aún pendía para los caracteres filosófico, científico y positivo
del espiritismo. Se empeñaba en mostrar un espiritismo lógico, coherente,
racional, sistemático, un poco
diferente de lo que vino a mostrar después de su adhesión a las ideas de los
turbulentos.
Adolfo
Bezerra de Menezes asumió nuevamente
la dirección de la FEB el 3 de agosto de 1895 (después de que derrocaron a Julio César Leal
y que duro en su cargo solo 7 meses, donde utilizaron las artimañas más bajas
para atacarlo y en donde su arma perfecta era el REFORMADOR para poder poner a
los espiritas de esa época en su contra hasta que lograron que renunciara por
la serie de artículos maliciosos que se publicaron en el REFORMADOR denominados
"Nuestra
Misión", y así poder recuperar la parte religiosa
que se estaba viendo afectada por los científicos), en una asamblea en que los estatutos de
la institución fueron reformados, concediéndole poderes absolutos.
Con sus fuerzas y un poder ilimitado, Bezerra hizo obligatorio el estudio
de la obra de J.-B. Roustaing al lado del Libro de los Espíritus. (De forma obligatoria). En noviembre
del mismo año, Bezerra
iniciaba entonces su "apostolado"
ahora al frente de la institución (en una segunda presidencia mucho más
autónoma),
ya que ya lo había iniciado en otros frentes, principalmente con sus primeros
escritos tiempos antes.
Y así, su trabajo más duro de uniformidad del espiritismo comenzó con
una serie de artículos publicados en el Reformador en contra de los científicos y contra Del Centro de la Unión Espírita de
Propaganda en Brasil. (Donde quedo ese hombre bueno, bondadoso, amoroso, de lo que hablan tanto
la FEB como también los religiosos
espiritas que tanto lo veneran, donde a Bezerra
lo convirtieron en mártir, era un Santo
lleno de bondad, y muy paciente. En este estudio se demuestra la verdadera cara
de Bezerra un hombre fanático de la religión
roustanguista y que jamás fue un verdadero espirita, capaz de acabar con sus
propios hermanos espiritas por el único
hecho de pensar diferente, y se valió con poderes muy amplios que se los habían
otorgado, ya que reformaron los estatutos de la FEB,
para poder utilizar tanto a las
instituciones de la FEB como del REFORMADOR
para sus más bajas y malas intenciones, y así poder manipular a los neófitos
ignorantes, y de una vez por toda erradicar el verdadero espiritismo científico, y con la vía
libre poder hacer del espiritismo una RELIGION; eso se llama HIPOCRESÍA y MALDAD solo por imponer sus
ideas religiosas del fanatismo roustanguista).
Bezerra
de Menezes traía consigo capital
externo (al campo religioso) por haber sido el responsable,
cuando se desempeñó en la prefectura, de las finanzas de la municipalidad, por
lo que se considera el único capaz de reequilibrar la situación. Pero por más
paradójico que parezca, Bezerra tuvo problemas en sus finanzas particulares,
quedando reducido a la pobreza en 1892. (Esto es lo que provoca el fanatismo religioso donde a una persona con
dinero le minan tanto su razón para de esa forma poder aprovecharse y ya
fanatizado se olvida de sus verdaderas responsabilidades que son su trabajo y
su familia poniéndolos al riesgo de la mendicidad) Nadie a su alrededor desconocía la lucha
económica en que su familia se debatía, pero todo lo que hacía era en favor del
espiritismo y de la ayuda a los necesitados. Este fue también uno de los hechos
que lo llevó a ser reconocido como el "Apóstol del
Espiritismo".
Como portador de la moral cristiana de caridad y de ayuda al prójimo, Bezerra de Menezes
no podría actuar de otra forma sino buscando recoger en el propio campo religioso el capital necesario para la legitimación de su
obra. (Bezerra jamás entendió el Espiritismo por el fanatismo
que heredo de los estudios de Los Cuatro Evangelios de Roustaing, llegando a
hipotecar su razón, dejándose deslumbrar por el docetismo religioso que absorbió
del libro Espiritismo cristiano o la Revelación de la
Revelación. Los Cuatro Evangelios (1866) de
Jean Baptiste Roustaing. Convirtiéndolo en un fanático religioso y el cual
fue uno de los mayores culpables para hacer del Espiritismo una religión).
Fuera de él, ya había
acumulado todo el capital cabal en sus posibilidades, fuera de la política,
fuera de la medicina, y de esos capitales supo bien utilizar para su
entronización personal el campo religioso. (Donde los abusos no dejaron de cesar) Vale la pena
resaltar, para finalizar esta exposición, que fueron esos los capitales que
posibilitaron a Bezerra
de Menezes el poder conquistar las
posiciones en que pasó a encontrarse. Sin embargo, internamente al campo
religioso y a su lógica inmanente, lo que le faltaba era ganar su propio
capital de reconocimiento, una especie de capital espiritual, digamos, lo que
produciría efectos simbólicos bastante importantes para su trabajo personal. Este
capital, es decir, esa propiedad que puede tomar diversas formas, desde
riqueza, hasta fuerza argumentativa, elocuencia, ciertos conocimientos o
incluso el dominio de una red de relaciones sociales; un conjunto de
habilidades y hasta el poder de, encantar, de seducir - cuando percibido por
los demás agentes del campo, dotados de categorías de percepción y de
evaluación para ello, se vuelve simbólicamente eficiente. Se ve como una fuerza
mágica, ya que el que la posee pasa a ser reconocido por los demás ocupantes
del campo. Una propiedad que, por responder a las "expectativas colectivas",
socialmente constituidas en relación a las creencias, ejerce una especie de
acción de conformidad social. Entonces fue así que Bezerra de Menezes se
dedicó a prestar auxilio médico en el centro espírita, pasando de los ideales a
la acción y vertiendo su capital externo en interno al campo religioso. Con su
obra de caridad -que comenzó un poco antes de su adhesión al espiritismo,
puesto que ya poseía esa predisposición, pero que se propagó enormemente
después de ella- pasó a ser reconocido como el "médico de los pobres",
atendiendo a personas sin condiciones pagar el tratamiento, ya que para él,
Un buen médico
no tiene el derecho de terminar una comida, ni de elegir la hora, ni de
preguntar si es lejos o cerca, cuando un afligido le golpea a la puerta.
El que no acude
por estar con visitas, por haber trabajado mucho y hallarse fatigado, o por ser
muy tarde en la noche, el mal el camino o el tiempo, por quedar lejos o en el
cerro; el que sobre todo pide un carro a quien no tiene que pagar la receta, o
le dice a quien le llora a la puerta que busque otro, no es médico, es
comerciante de la medicina, que trabaja para recaudar capital e intereses de
los gastos de la graduación. Este es un desgraciado, que manda a otro el ángel
de la caridad que le vino a hacer una visita y le traía la única espía que
podía saciar la sed de riqueza de su espíritu, la única que jamás se perderá en
el vaivén de la vida. (GAMA, 2001: 70)
Extendiendo su trabajo de unificación del movimiento espírita por la disciplina
de los grupos, allí estaba su "obra de caridad", piedra de toque de
la legitimación del espiritismo brasileño desde entonces. Para Bezerra de
Menezes, los espíritas debían reunirse en torno a las verdades expresadas en el
Evangelio a fin de comprender y divulgar el espiritismo. De esta forma, las
sesiones de los grupos espíritas deberían necesariamente contemplar también el
estudio de los evangelios y prever una parte importante a la caridad, sea a
través de la "adoctrinación
de los espíritus sufriente del espacio", fuese a trabajar para
los necesitados "encarnados".
La cura de las almas y la asistencia religiosa y / o material a los
individuos eran, por lo tanto, precisamente los instrumentos que le ayudarían a
recaudar el capital que tanto que anhelaba y necesitaba. La idea entonces de un
espiritismo fundado en el Evangelio y, consecuentemente, la caridad fraterna se contraponía competitivamente a la
modalidad que enfatizaba las "manifestaciones de los espíritus" y la
modalidad filosófica que se dieron a través de los libros codificados por
Kardec, y que servían, según
él, sólo como alimento de la vanidad y pretendida cultura, incapaces de operar
una "reforma íntima", necesaria para
el progreso de los espíritus. En estos términos muy mal entendidos de ideas religiosas, Bezerra de
Menezes buscaba establecer el "verdadero carácter" de
la doctrina espírita.
(Aquí podemos
observar en esta parte señalada de color amarillo, como Bezerra jamás compartió la idea de los Libros Codificados y mucho
menos de Kardec, indicando o dando a entender que los Espíritus de la Codificación
jamás entendieron la “caridad fraterna”, y que
eran hasta incapaces de operar una “reforma intima”
necesaria para el progreso de los espiritas, ideas que fueron absorbidas
por Bezerra en el estudio de Los Cuatro Evangelios, donde se ataca inmisericordemente
a los libros codificados y a Kardec, el que ha tenido la oportunidad de leer la
obra de Roustaing sabe a lo que me refiero)
¿Y cuál era ese carácter? La entonces doctrina debería ser capaz de
conciliar fe
y verdad, ciencia y religión, y tener como objetivo superior a la moral cristiana,
compresión mal entendida por parte de los religiosos donde utilizaron al Evangelio
según el espiritismo para manipular a los neófitos y donde también adaptaron los cuatro
evangelios de Roustaing. Fue así que Bezerra de Menezes buscó unificar al movimiento espírita como vía de
salvación religiosa,
única vía de su salvación en Brasil.
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