viernes, 10 de julio de 2020

"Existe polémica y polémicas; pero hay una ante la cual no retrocederemos jamás, que es la discusión seria de los principios que profesamos." Revista Espírita de 1858, p. 199.




Revista Espírita de 1858, p. 199

"Existe polémica y polémicas; pero hay una ante la cual no retrocederemos jamás, que es la discusión seria de los principios que profesamos."




      Allan Kardec era consciente y los espíritus también le advirtieron que a la teoría liberadora del Espiritismo se opondrían espíritus y hombres interesados ​​en mantener a la humanidad ignorante, sumisa y atrasada.

     Inmersos en las imperfecciones derivadas de su orgullo y egoísmo, sedientos de privilegios y servilismo, conscientes de las grandes responsabilidades personales y del largo trabajo de reconstrucción de sus personalidades a la que deberán emprender por libre voluntad, les queda el intento de estorbar, retrasar el esfuerzo ajeno, por la ilusión de no verse solos en el estado de sufrimiento al que se han reducido.

     En 1867, por medio de un médium en profundo estado sonambúlico, Kardec oyó de los espíritus una larga narrativa donde se le advertía, de los planes trazados para intentar destruir la doctrina espírita. Desde los insultos y amenazas de los púlpitos hasta la difamación en los medios de comunicación, todos los esfuerzos se volverían contra la doctrina de la libertad. Pero un paso decisivo sería dado, revelaron los espíritus;

  Cuando los enemigos pensaron sobre el Espiritismo:




"Antes que él no esté enteramente realizado, tratemos de desviarla en nuestro provecho" (Revista Espírita de 1867, página 167).
  


    
   El plan había cambiado, en lugar de atacar al espiritismo de fuera, imitando el episodio histórico del caballo de Troya, ahora el intento sería atacarlo desde dentro, por medio de aquellos que participan del movimiento y de su divulgación. Veamos lo que los espíritus le dijeron a Kardec:

"Veréis formaros en reuniones espíritas, cuyo objetivo declarado será la defensa de la doctrina, y el secreto será su destrucción; supuestos médiums tendrán las comunicaciones de comando apropiadas al oculto objetivo que se proponen; publicaciones que, bajo el manto del espiritismo, se esforzarán por demolerlo; doctrinas que le prestarán algunas ideas, pero con el pensamiento de suplantarlo. He aquí la lucha, la verdadera lucha a ser sostenida, y que será perseguida con obstinación, pero de la cual saldrá victorioso el más fuerte" (Idec, ibidem).

      El Espiritismo, de forma inédita y definitiva, ofrece una teoría moral, renovadora, transformadora.

Difiere de todas las tradiciones religiosas en sus enseñanzas metafísicas, aleja las ideas de caída, castigo divino, degeneración del mundo, condenación, sufrimiento como castigo, en fin, toda la doctrina del pecado.

     En su lugar ofrece la verdadera relación de Dios con nosotros como siendo establecida por la más plena libertad. La moral es una conquista del esfuerzo personal, de la lucha por renovarse, el Espiritismo revela la autonomía moral como ley fundamental del mundo espiritual.

     Esa comunicación de 1867, fue una alerta para el futuro del movimiento espírita.

     Falsas teorías, médiums fascinados, tergiversaciones y mistificaciones serían incorporadas al discurso de las tribunas y letras de los artículos tergiversando el mensaje original.

     Kardec no sabía que la doctrina que estableció en sus obras iba a atravesar el océano y llegar ampliamente divulgada en tierras brasileñas. Sin embargo, la profecía de los planes para destruir el Espiritismo se ha hecho plena y amplia por aquí, desde los tiempos de su llegada en el siglo 19.

     ¡Pero no todos se callaron! Líderes y estudiosos de la doctrina espírita clamaron por la tesis espírita de la libertad, de la educación, de la autonomía moral, en defensa de los conceptos fundamentales originarios de los espíritus superiores.

     Avisaron a los participantes del movimiento espírita de que sería fundamental seguir las orientaciones de Kardec en la defensa del Espiritismo, como la alerta que el maestro hizo en 1865:

"Es un deber para todos los espíritas sinceros y devotos repudiar y desaprobar 
 abiertamente, en su nombre, los abusos de todos los géneros que podrían comprometerla, a fin de no asumirles la responsabilidad. Pactar con esos abusos sería volverse cómplice y proporcionar armas a nuestros adversarios" (Revista Espírita de 1865, p.20).

     
   Kardec no entró en polémicas infantiles, no dedicó su tiempo a tratar de convencer a nadie que no luchó contra el Espiritismo, no respondió cartas anónimas. Él invirtió su tiempo en aclarar a aquellos interesados, aquellos que deseaban comprender esta doctrina más profundamente.

Y no escapó al debate cuando los puntos fundamentales estaban distorsionados, o los medios anunciaron falsedades:

Aquí sus palabras:



"Hay polémica y polémica; y hay una ante la cual no retrocederemos jamás, que es la discusión seria de los principios que profesamos." (Revista Espírita de 1858, p. 199).

    

     
      En el siglo pasado, los consejos de Kardec fueron oídos por diversos estudiosos espíritas. Una de esas voces conscientes, de esos influyentes líderes altivos, sinceros y dedicados a la causa espírita fue el filósofo Herculano Pires.

    Sus obras, conquistas perennes de un trabajo arduo e incansable y casi solitario fueron un ejemplo, un modelo, una inspiración para las nuevas generaciones de espíritas. Su dedicación al recobramiento del Espiritismo tal como propuesto por Kardec se ha reflejado en los trabajos y estudios conscientes de diversos investigadores, conferenciantes y médiums alertas y actuantes del movimiento espírita.

     Algunos pudieron escuchar en vivo la voz firme, consoladora y determinada de las conferencias, clases y programas radiofónicos de Herculano. La gran mayoría despertó el interés y se sumergió ávido en las obras de Kardec después de leer los importantes libros del mayor filósofo espírita que tuvimos. Herculano Pires, es y fue ese estandarte de todos los que actualmente luchan para romper las amarras retorcidas en las que la divulgación espírita ha caído hondo por la manipulación religiosa

    Una alerta consciente fue dada por Herculano en la obra Curso Dinámico de Espiritismo, delante de las tergiversaciones y desviaciones que él veía ocurrir en el medio espírita de su tiempo, y, vale recordar, haciendo eco a la revelación de 1867 dada a Kardec que citamos arriba:.

Herculano Pires:

"Todo espírita consciente de sus responsabilidades humanas y doctrinarias está en el deber intransferible de luchar contra esas olas de contaminación espiritual que pesan en la atmósfera terrena.” 
“Nadie tiene derecho a cruzarse de brazos en nombre de una falsa tolerancia que los llevará a la complicidad.” 
Los propios e infelices individuos y propagadores de estas ridículas teorías son los más necesitados de ayuda. Es legítima caridad rechazar todas esas fantasías en nombre de la verdad, aunque eso lastime a los compañeros engañados" (Idec, p. 98).
      
    No se puede quedarse quieto, aceptando las cosas como están, preguntándose:

"¿Qué se puede hacer? las cosas son así mismo, no vale la pena moverse, sólo me traerá problemas".

            Esa tolerancia es una complicidad inexcusable.

     ¡No se pide el combate directo, la caza de brujas, no! La actitud de renovación no es esa falsa defensa.

     La verdadera solución está en la reconstrucción de las enseñanzas originales por la laboriosa recuperación y por la clarificación mediante el diálogo, el debate productivo, la tolerancia, la libertad de pensamiento.

     Observen con atención cómo Herculano alerta de forma enfática y sin rodeos:

"La tolerancia comodista de los que ven el error y se callan es un crimen que hay que pagar en el futuro.
    Quien pacta con el error para no crear problemas está, sin saberlo, enredándose en las telarañas sombrías de la mentira, comprometiéndose con los mentirosos.
   Y ese compromiso es un desprecio a todos los que se sacrificaron en el pasado y se sacrifican en el presente para ayudar a la Humanidad en la defensa de sus derechos evolutivos.
      Este es el momento grave de la evolución terrena en el que no podemos olvidar la advertencia de Jesús: Sea el tuyo hablar sí, sí; no, no.
     Multitudes de criaturas fueron sacrificadas en el pasado para que la Humanidad se liberara de sus engaños y pudiera encontrar los caminos limpios de la verdad, es decir, de las cosas reales, verdaderas, que nos conducen al saber y a la libertad.
     Si traicionamos hoy, cómodamente, a estos innumerables mártires, estaremos ensuciando la dignidad humana, cubriendo de basura los senderos de la verdad abiertos por Cristo y ahora reabiertos por el Espíritu de la Verdad a través de Kardec" (Idec, Ibidem).
     
Y entonces, definiendo claramente la mejor manera de combatir el Espiritismo, como se propuso a demostrar el título de este artículo, explica Herculano Pires:

"No existe lugar para comodismos, compadrismos, tolerancias criminales en el medio espírita.
    Cada uno será responsable por las malas hierbas que deje crecer a su alrededor.
     Esa es la manera más eficaz de combatir el Espiritismo en la actualidad: cruzar los brazos, sonreír amablemente, acordar para no contrariar, porque, en ese caso, el combate a la doctrina no viene de fuera, sino de dentro del movimiento doctrinario" (Idec, Ibidem).
    
  Para entender ese estado de cosas vale la pena la siguiente comparación que la aclara.

     Vamos a suponer que el gobierno detectara que las ideas equivocadas esparcidas por las multitudes sobre la física estuvieran perjudicando el desarrollo de nuestra sociedad. Un plan sería propuesto para revertir la situación: enseñar física por todos los medios de divulgación en mensajes simples y objetivos, explicando los conceptos básicos de la física moderna, de forma a revertir los equívocos de la cultura popular. Pero ¿quién va a elaborar esas enseñanzas? ¿Los burócratas del gobierno? ¿Los políticos? ¿Los profesionales de la prensa? ¡No! ¡De ninguna manera! Sólo sería posible construir un plan coherente de enseñanza de la física por quien haya estudiado profundamente esa ciencia. Nada más coherente. Por lo demás, la acción naufragaría.

     Lo mismo ocurre con el Espiritismo, que en su contenido tiene la extensión y profundidad de las demás ciencias. No existen, sin embargo, profesores y especialistas en el Espiritismo. No hay quien se pueda calificar como tal. ¡Ante la doctrina espírita somos todos estudiantes! Sin embargo, una divulgación consciente y adecuada del Espiritismo sólo es posible después de un estudio profundo de toda la obra de Kardec, incluyendo sus libros, la colección de la Revista Espírita, además del conocimiento del contexto cultural francés del siglo 19, para que los artículos e hipótesis presentadas por Kardec tengan sentido hoy, pues los paradigmas de las ciencias han cambiado mucho en los últimos 150 años.

     Las obras de Herculano, son inspiradoras de una actitud valiente y responsable ante la teoría espírita. Su alerta es actual y necesita ser divulgado, para que en el futuro, con el Espiritismo recuperado y conocido por las multitudes, secundando la regeneración de la Humanidad, haga ese estado de cosas descrito a continuación por el filósofo apenas un infeliz episodio del pasado:



"Bastan esos hechos para mostrarnos que el Espiritismo es el Gran Desconocido de los propios espíritas. Y es por eso, debido a esa negligencia imperdonable en el estudio de la doctrina, que los propios adeptos se transformaron en eficientes instrumentos de combate al Espiritismo. Las personas de sentido común y cultura se alejan horrorizadas de un medio en el que sólo podrían permanecer en ritmo de retroceso al condicionamiento de las creencias y del fanatismo. En el campo científico la nada no existe ni puede existir. Y como la base de la doctrina es la Ciencia, la sólida base de los hechos, la verdad indiscutible es que nuestro movimiento espírita no tiene base.
     Si los espíritas conscientes no se disponen a un intento de reconstrucción, de levantar ese edificio en peligro, quedaremos en la condición de nababos que desprecian sus riquezas por incompetencia para gestionarlas. Tenemos en nuestras manos la Ciencia Admirable que el Espíritu de la Verdad propuso a Descartes y más tarde confió a Kardec. ¿Pero de qué sirve la ciencia y el poder, la fortuna y la gloria, si no somos capaces de velar por todo esto y ni siquiera de comprender lo que poseemos? Nosotros mismos abrimos el portal de la muralla y recogimos, alegres y estultos, el Caballo de Troya en nuestra fortaleza inexpugnable" (Curso Dinámico de Espiritismo).

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