NO HAY MÉDIUMS INFALIBLES

Traducción de Jaime Baquerizo

Ensaios da última hora

Críticas autocríticas Espíritas

Sérgio Aleixo

NÃO HÁ MÉDIUNS INFALÍVEIS

NO HAY MÉDIUMS INFALIBLES

De extremo fanatismo son las premisas que desconciertan el pensamiento de los sectarios mediumnistas, aquellos que no soportan cualquier crítica a la producción de sus médiums favoritos, producción que, en realidad, es de los espíritus. El supuesto error en que se apoyan es el de la “hoja de servicio”, esto es, los médiums que mucho se dedican a la caridad no serian que puedan ser engañados, pues los espíritus protectores no lo permitirían. En eso consiste su error. Es una función de los benefactores estimular en los médiums la responsabilidad del ejercicio de su razón.

El discernimiento, por lo tanto, este sí, es el que constituye el mejor antídoto a las inoculaciones de los espíritus pseudo-sabios, en los comunicados del más allá de la tumba. Soy yo quien le dice? No en absoluto. Es Allan Kardec:

Por el propio hecho de que el médium no es perfecto, Espíritus livianos, embusteros y mentirosos pueden interferir en sus comunicaciones, cambiándoles la pureza e induciendo en un error al médium y a los que él se dirige. Es ahí el mayor escollo del Espiritismo y nosotros no disimulamos la futilidad. Podemos evitarlo? Decimos orgullosamente: si podemos. El medio no es difícil, exigiendo apenas discernimiento. [...]

Las buenas intenciones, la propia moralidad del médium no siempre son suficientes para el preservarse de las injerencias de los Espíritus livianos, mentirosos o pseudo-sabios, en las comunicaciones. Más allá de los defectos de su propio Espíritu, pueden darles guarida por otras causas, de las cuales la principal es la franqueza del carácter en una confianza excesiva en la invariable superioridad de los Espíritus que con él se comunican. [1]

Ahora bien, prueba la experiencia que los malos se comunican tan bien como los buenos. Los que son bastante malos son fácilmente reconocibles; mas hay también, entre ellos, semi-sabios, pseudo-sabios, presuntuosos, sistemáticos y hasta hipócritas. Esto son los más peligrosos, porque simulan una apariencia de seriedad, de sabiduría y de ciencia, en favor de la cual enuncian, en medio de algunas verdades y buenas máximas, las cosas más absurdas. [...]

Separar lo verdadero de lo falso, descubrir el embuste escondido en una exhibición de palabras bonitas, desenmascarar a los impostores, esto es, sin contradicho, una de las mayores dificultades de la ciencia espirita. Para superarlo es necesario tener una larga experiencia, conocer todas las astucias de que son capaces los Espíritus de baja clase, tener mucha prudencia, ver las cosas como la más imperturbable sangre fría y sobre todo guardarse contra el entusiasmo que ciega. [2]

Sin embargo, aparte de los defectos del mismo Espíritu de los médiums, lo que más se ve justamente es la debilidad de carácter; nada referente, aquí, la deshonestidad, o mala fé, sino a un problema de actitud personal. A menudo rehuir de la responsabilidad de juzgar, o de someter a juicio de otro, aquello que reciben. En general, hay en ellos una confianza excesiva a la invariable superioridad de los Espíritus que supuestamente los guían, o que por si mejor se comunican, y no se guardan contra el entusiasmo que lo ciegan.

Tal postura contagia a los eventuales seguidores y he aquí entonces el sectarismo o intolerancia mediumnista, ese estado deplorable de adormecimiento de la razón, que viene incapacitando a los espiritas de ver, en medio algunas verdades y buenas máximas, las cosas más absurdas; que los han hecho olvidar que los malos se comunican tan bien como los buenos, razón por la cual no siempre han estado atentos a descubrir el engaño escondido en una exhibición de palabras bonitas, a fin de desenmascarar a los impostores.

No señores, no hay médiums infalibles, o perfectos, en un mundo de pruebas y expiaciones. Lo que puede haber, como mucho, es un “buen médium, y ya es mucho, pues son raros”, dice la Doctrina Espirita. Y más todavía:

El médium perfecto seria aquel que lo malos Espíritus jamás se atrevieran hacer una tentativa de engaño. El mejor es el que, simpatizando solamente con los buenos Espíritus, y haya sido engañado pocas veces. [...] Los Espíritus buenos permiten que los mejores médiums sean algunas veces engañados, para que existen en ellos su juicio y aprendan a discernir lo verdadero de lo falso. Más allá, de eso, por mejor que sea un médium, jamás es tan perfecto por el que no tenga un lado flaco, por el cual pueda ser atacado. [3]

Y Chico Xavier? Sería la excepción a los principios Kardecianos? Sería un médium cuyo espíritu no tendría defectos que experimentasen la eventual injerencia de pseudo-sabio en las obras que psicografió? En red nacional, del día 21/12/1971, dijo lo siguiente: “[...] nos informaron con él [Emmanuel] de que, en otras vidas, abusamos mucho de la inteligencia [...]” Y presento también las palabras del jesuita: “Usted no escribirá libros, en persona, porque usted mismo renuncio a eso [...] su espíritu fatigado de muchos abusos dentro de la intelectualidad, quiso ahora ceder sus posibilidades físicas a los demás, los amigos espirituales”. [4]

Entonces que la razón responda.

En septiembre de 1937, Chico firmo el prefacio del libro de su guía, cuyo título, sintomáticamente, lleva el nombre del propio Espíritu: “Emmanuel”. Lo que más lo impresiono, en 1931, fue que “la generosa entidad se hacia visible dentro de los reflejos luminosos que tenían la forma de una cruz”. Termina eximido o liberado por completo: “Entrar en la evaluación del libro, en sí mismo, es algo que no está en mi competencia”.

Naturalmente, la “competencia” cabe a los editores roustanguistas de la F.E.B., desde siempre, los formadores de la personalidad mediúmnica de Chico Xavier. Resultado: la generosa entidad de luces en forma de cruz ha presentado el periespíritu en la condición de “sede de las facultades, de los sentimientos, de la inteligencia y, sobre todo, el santuario de la memoria”, bien como afirmo, astronáuticamente, que “Marte y Saturno ya han alcanzado un estado más avanzado en conocimientos, mejorando las condiciones de sus colectividades”. [5]

Esta siempre fue la postura equivocada de Chico Xavier ante los comunicados que recibía: simple máquina de escribir. No se aplicaba en discernir los contenidos. Deteniéndose en los aspectos morales. Esto por cierto motivó a los autores a decir todo lo que querían, sin resistencia. Y todo era publicado, al final venia de un médium “perfecto”. Y ahora? Ahora, que los lectores si ven las irregularidades de todos los órdenes, como, las almas gemelas, la alimentación “física”, las salas de baño, los eventos con entradas pagadas, los animales en el más allá, entre otras tantas mentiras que sus obras elaboran tan cándidamente, en esa falsa complementación febiana a Kardec; Si, es falso, porque lo contradicen, al mismo tiempo en que lo exaltan; un peligro mortal, una trampa perfecta a los espiritistas desprevenidos. [6]

    

Los médiums de más mérito no están al abrigo de las mistificaciones de los Espíritus embusteros; primero, porque no hay todavía, entre nosotros personas bastantes perfectas, para no tener algún lado flaco, por el cual de acceso a los malos Espíritus; segundo porque los mismos buenos Espíritus, algunas veces, permiten que los malos vengan, a fin de excitar nuestra razón, para aprender a distinguir la verdad del error y estar siempre prevenidos, no aceptando ciegamente y sin un examen todo cuanto nos venga de los Espíritus; Sin embargo, nunca, un buen Espíritu nos vendrá a engañar; el error, cualquiera que sea el nombre que lo apadrine, proviene de una mala fuente. Esas mistificaciones aún pueden ser una prueba para la paciencia y perseverancia del espirita, médium o no; y aquellos que se desaniman, con algunas decepciones, dan pruebas a los buenos Espíritus de que no son instrumentos con que ellos puedan contar. [7]

Claro está que nada de eso tiene el poder de anular la consolación prodigalizada mediante sus facultades; sobre todo, a tantos afligidos con la perdida de sus seres queridos, y a quien Dios, antes que nada, es el que ha permitido que se comunicasen de modo tan patente. El Espiritismo, todavía no se detiene en ese ángulo del problema. El fenómeno es una cosa; el contenido, el saber que puede ser integrado al cuerpo de Doctrina, es otra, y está en un camino más alto, se refiere a algo mayor que un médium, o un espíritu: se refiere a la trasmisión de las verdades de las generaciones futuras, imposible sin discernimiento, ya que estas verdades siempre tienen su cortejo inevitable de errores, y el Espiritismo muestran donde están las verdades, sí, pero también donde están los errores. [8]

  

[1] Revista Espírita. Febrero/1859. Escollos de los Médiums.

[2] Revista Espírita. Abril/1860. Formación de la Tierra.

[3] El Libro de los Médiums, 226, 9. ª  y 10. ª

[4] DVD Pinga-Fogo 2. Clubes de Arte. Menú: 39 e 41.

[5] Emmanuel. 15. ª ed., FEB, pp. 133 e 21. Cf. Kardec Versus Emmanuel en 12 Pasos,

http://ensaiosdahoraextrema.blogspot.com/2011_06_12_archive.html.

[6] Cf. Sobre André Luiz. http://ensaiosdahoraextrema.blogspot.com/2010_09_02_archive.html.

[7] KARDEC, Lo que es el Espiritismo. Cap. II, n. 82.

[8] Instrucciones de Santo Agostinho. Cf. Revista Espírita. Julio/1863. Sobre las Comunicaciones