Investigando las irregularidades en el “espiritismo” brasilero.

Siguiendo con la investigación del espiritismo brasilero he encontrado otro artículo muy interesante que lo he traducido al Español para dar a conocer que lo que predica la FEB dentro de su territorio no es aceptado y dicha institución es muy cuestionada por sus actuar para muestra un botón de lo que pasa en ese País. Ingrese a la Doctrina Espirita por que me daba un concepto diferente de la religión ya que nunca promulgue con esta, pero veo cada día que la Doctrina Espirita está siendo llevada por el camino religioso gracias a los de la FEB y lo que es peor que nadie absolutamente nadie ha protestado por la postura que quiere instaurar la FEB llevándonos otra vez de donde hemos salido de los atavismos de las religiones con sus engaños, dogmas, cultos etc,

Traducción de Jaime Baquerizo

Ver detalles del articulo original http://dossieespirita.blogspot.com/2016/05/espiritismo-nao-e-religiao-sendo.html

EXPEDIENTES ESPIRITAS

Investigando las irregularidades en el “espiritismo” brasilero.

Martes, 3 de mayo del 2016

http://dossieespirita.blogspot.com/2016/05/espiritismo-nao-e-religiao-sendo.html

“ESPIRITISMO “no es religión, haciendo religión? Como así? 

En un portal de “espiritismo” portugués, que en la práctica es una sucursal del “espiritismo” brasilero – como una especie de retribución por el hecho de “movimiento espirita” haber heredado la esencia del Catolicismo medieval portugués -, dice que el “espiritismo” es una “cultura”, mas “no una religión”

“El Espiritismo es cultura, no es más una religión o más una secta. Como ciencia filosófica de consecuencias morales, ayuda al Hombre a espiritualizarse, aproximándolo así a Dios”.

Vamos a analizar las cosas. El “espiritismo” es definido como “no más una religión ni secta”.

Más, definido como “filosofía”, auxilia al hombre a que se “acerque a Dios”, aunque, en la práctica, resulte un propósito religioso.

Esa es una tendencia “dudosa”. En un primer momento, los “espiritas” no se definen como seguidores de una religión o una secta, dicen condenar el iglesianismo, aprecian la Ciencia de manera amplia e irrestricta, afirman valorizar la búsqueda del Conocimiento y definen al “espiritismo” como un movimiento filosófico.

Hablar es fácil. En el momento, sin embargo, muestran un enfoque de ideas eclesiásticas como bondad, fraternidad y caridad, no muy diferentes de la Iglesia Católica. Manifiestan admiración, entusiasmo a los distorsionadores de la Doctrina Espirita, Francisco Candido Xavier y Divaldo Pereira Franco, que celebran eventos “espiritas” como verdaderas misas o “cultos ecuménicos”.  

  

El “espiritismo” vive una grave crisis porque prefieren el juego de las apariencias. Como se usara el pretexto de “otra vida” para crear un juego de apariencias y no apariencias, los “espiritas” crean todo un repertorio de contradicciones, perfeccionando el discurso para ocultar prácticas y posturas dudosas.

Es para que ellos inviertan en esa verdadera falta de sinceridad, en esta abierta deshonestidad doctrinaria, y que en la teoría y la práctica se contradigan, diciendo una cosa y haciendo otra, o al mismo tiempo diciendo una cosa y después haciendo algo diferente?

La contradicción se hace para agradar a quién? Qué sentido tiene mentir y llevar ventaja en eso? Que ventaja es esa?  Agradar a los espiritas científicos? Hacerse pasar por avanzados? Dar una zancadilla neopentecostal?

Lo que se sabe es que, actuando así, el “espiritismo” brasilero se torna en un movimiento lejos de ser sincero. La deshonestidad doctrinaria, asociadas con las ideas traídas por Chico Xavier y Divaldo Franco, es notoria y está muy claro en sus libros.

Lo que Kardec indicaba en sus libros, Chico y Divaldo dicen lo contrario en sus libros. Como es que los “espiritas” intentaran convencer de que son “íntegros” mediante estas posturas “dudosas”, que muestran sus contradicciones más evidentes?

Por lo tanto, el “espiritismo” acaba siendo una religión, sí.

Con todas sus ideas de eclesiásticas y todo el deslumbramiento de fe ciega y de misticismo entusiasmado que marca el “movimiento espirita” en BRASIL y sus derivados en otros países, como Portugal.